CARTA DE LEON GIECO
Vos que usas la palabra \"Negro\" para describir a alguien con menos plata que vos,
Vos que cruzas la calle si ves un cartonero,
Vos que no sabes lo que es que te falte algo,
Vos que te llamas vos mismo, Argentino...
Si haces lo que escribí arriba... No sos argentino. Sos un pendejo malcriado que no sabe lo que es pasar Hambre, lo que es salir a trabajar de chico porque no tenes otra.
Que te hace Pensar que porque tenes plata sos mejor que los que no la tienen?
Donde naces no te vale nada. Si naces en una familia rica o pobre no hace la diferencia. Si vivís en Recoleta, o en Once, y si vas a colegio privado, o escuela del estado, o si no vas al colegio... no cambia nada. Donde naces no te hace valer un carajo.
Vos que miras películas estadounidenses, sobre discriminación, y pensas
que \"Forrada\", y sabes que eso esta mal ... Pero señalas y te reis
de un judío practicante si te lo cruzás en la calle. Y puteas al de Cliba diciendole
\"Negro de Mierda\"...
Vos que sos Católico, y odias la intolerancia, pero que a la \"Boliviana
de Mierda\" de tu mucama no se le queme tu comida...
Vos que en los actos patrios del colegio te reis de los que cantan
el Himno Nacional, pensando \"Que Penes\"... Pero durante el Mundial te paras con la
mano en el corazón y cantas... Y te sentís RE Argentino.
Si haces esto, No sos Argentino, sos Inmigrante.
No sos argentino, si te crees superior a los que limpian las calles, juntan nuestra basura, te ordenan el cuarto, te destapan el inodoro, y te conectan el cable y el
Internet...
Mirate un poco y date cuenta que \"Nos Sos lo Más\". Sos Imperfecto, igual que
Todos. Y date cuenta que si estas leyendo este e-mail tenes suerte. Porque
la mayoria de los argentinos no tienen internet, o computadora.
Si sos Humano en lo mas minimo vas a leer este mail y vas a pensar un poquito en lo que haces. Yo no espero cambios... no soy muy optimista. Pero de las miles de direcciones a las que le mande esto, espero que unos pocos por lo menos lo lean, y piensen, y lo reenvien. Para hacer pensar a otras personas.
Si no sos nada de lo que describi antes, mandalo igual. Mientras mas Gente piense. Menos ignorancia e intolerancia va a haber.
\"Yo por Amor doy la Vida porque por Amor, mi vida un día Nació \"...
León Gieco
Fuente: aqui
Leon Gioce es uno de una figura de la musica llamada de protesta, de la troba, es un excelente musico, poeta y pensador. Y bueno, no se si esta carta es original o no de el, la encontre en internet investigando unas cosas para mi carnal, pero quise compartirla en el blog.
Search This Blog
Friday, April 23, 2010
Thursday, April 22, 2010
El Buen Combate.
El guerrero pocas veces sabe el resultado de una batalla, cuando ésta termina.
El movimiento de la lucha generó mucha energía a su alrededor, y existe un momento en el que tanto la victoria como la derrota son posibles. El tiempo dirá quién venció o perdió; pero él sabe que, a partir de ese instante, ya no puede hacer nada más: el destino de aquella lucha está manos de Dios.
En esos momentos, el guerrero de a luz no se queda preocupado por los resultados. Examina su corazón y se pregunta: "¿Combatí el Buen Combate?" Si la respuesta es positiva, él descansa. Su la respuesta es negativa, toma su espada y empieza a entrenarse de nuevo.
--------------------------------------------------
El guerrero de la luz debe recordar siempre las cinco reglas del combate, escritas por Chuan Tzu hace tres mil años:
La Fe: antes de entrar en una batalla, hay que creer en el motivo de la lucha.
El compañero: escoge a tus aliados y aprende a luchar acompañado, por que nadie vence una guerra solo.
... (fragmento).
-------------------------------------------------------------
Tomado del Manual del Guerrero de la Luz de Paulo Cohelo.
Monday, April 12, 2010
Liberarse de los miedos.
Liberarse de los miedos
El miedo es una emoción negativa, profundamente enraizada en nuestro subconsciente, que bloquea el acceso a nuestros recursos internos y en ocasiones llega a paralizar completamente nuestra capacidad de respuesta. Las decisiones que tomamos desde la emoción del miedo son pobres y en general erróneas, debido a que nuestra visión se vuelve muy limitada bajo la influencia del miedo.
Lo opuesto al miedo es el amor. Amor y miedo no pueden coexistir al mismo tiempo. La paz también es opuesta al miedo. El principio espiritual que nos va a ayudar a superar los miedos es comprender que todo lo que creamos y sustentamos en nuestro espacio interior, finalmente va a impactar en el exterior o, dicho de otra manera, va a condicionar nuestro comportamiento, nuestras palabras y acciones.
Por tanto, un principio básico en el proceso de liberarnos de los miedos, es darnos cuenta de que no se trata tanto de luchar contra el miedo como de cultivar en nuestro ser espiritual las cualidades originales más puras y elevadas, tales como la paz, el amor, el silencio y la sabiduría. Cuando la sabiduría, el amor y la paz llenan completamente nuestro corazón y nuestro ser, en ese momento no hay espacio para el miedo. El miedo no tiene posibilidad de controlarnos.
Por tanto, un principio básico en el proceso de liberarnos de los miedos, es darnos cuenta de que no se trata tanto de luchar contra el miedo como de cultivar en nuestro ser espiritual las cualidades originales más puras y elevadas, tales como la paz, el amor, el silencio y la sabiduría. Cuando la sabiduría, el amor y la paz llenan completamente nuestro corazón y nuestro ser, en ese momento no hay espacio para el miedo. El miedo no tiene posibilidad de controlarnos.
Para ello, necesitamos dedicar tiempo de calidad para el ser, tiempo para meditar y para estabilizar nuestra mente e intelecto en la experiencia de la paz y el amor espirituales. Necesitamos expandir estas cualidades en nuestra consciencia y hacerlo de forma regular y consistente, de manera que el impacto de esa energía positiva se exprese cada vez más cuando entramos en el campo de la acción y las relaciones con los demás.
Es importante tomar conciencia de que en nuestro interior somos maestros creadores, y somos plenamente responsables de nuestra creación. Podemos elegir a cada momento qué pensamientos y sentimientos queremos cultivar y sustentar en nuestras mentes y corazones. Depende de nosotros alimentar temores y preocupaciones o crear y sustentar pensamientos llenos de coraje, de entusiasmo y positividad.
-----------------------------------------------------
Me mandaron esto por correo, y me encanto para compartirlo.
Saludos.
Wednesday, April 07, 2010
El triciclo rojo.
El triciclo rojo.
Por Andrés D. Guinea Eguiluz
Link: aqui.
Remontándome al fondo de mi memoria donde se encuentran esos primeros recuerdos de la infancia, tengo uno que se me quedó grabado en la memoria. Por ese tiempo, vivíamos en una casa de la de la colonia Santa Julia, en el Distrito Federal, recuerdo vagamente que dos o tres calles antes de llegar a la casa, había una juguetería con un gran aparador donde se exhibían toda clase de juguetes, ese aparador era una ventana mágica llena de ilusiones para un niño de cuatro años como yo.
— ¿Me compras esa pelota? —Le decía yo a mi mamá, señalando a través del cristal del aparador— o mejor un carro de bomberos como ese.
—viendo tantos juguetes no sabía ni que pedir, de pronto descubrí en un rincón del aparador ¡un triciclo rojo! — ¡Mamá, mamá, cómprame ese triciclo!
—Un día de estos mi´jito —me decía, para no quitarme la ilusión.
Todas las ocasiones que pasábamos frente a la juguetería, ahí estaba mi triciclo rojo esperándome; cada vez era mayor el deseo de tenerlo, soñaba despierto que viajaba con mi triciclo por el mundo de la fantasía, supongo que así pasaron varios meses, a esa edad uno no tiene relación de lo que es el tiempo.
Yo ya entonces decía ¡Mi triciclo rojo! porque lo consideraba mío.
—Un día de estos, un día de estos, —me repetía mi mamá cada vez que le pedía que me comprara mi triciclo rojo—. Sin darme cuenta aun de que cuando mi mamá me decía “un día de estos” era el decirme no puedo comprártelo, pues por ese tiempo mis padres estaban pasando por una situación económica muy crítica. Y la salud de mi padre era muy delicada, sin embargo él heroicamente salía a trabajar para llevar el sustento a la familia.
Llegó la época de Navidad, en la casa en esa fecha mi mamá ponía un pequeño nacimiento y claro que yo participaba en esa construcción colocando borreguitos de barro sobre una verde alfombra de pastle, no podía faltar la cascada de tiritas de papel celofán que descargaba en un pequeño espejo donde había patos nadando, un portal hecho de tiras de madera con un pesebre donde estaban a la espera del nacimiento del niño Jesús.
Días después, Llegó la esperada fecha de la festividad de los Reyes Magos, la noche anterior recuerdo que puso uno de mis zapatos en donde estaba colocado el portal del nacimiento, Esa mañana muy temprano me despertó mi mamá diciéndome — ¡levántate, levántate, ven a ver lo que te trajeron los reyes magos! —Salté de la cama y fui corriendo donde estaba el nacimiento que habíamos puesto en Navidad, a un lado del Niño Dios estaba…
— ¡Mi Triciclo Rojo! —Grité emocionado y montándome inmediatamente en el, en un momento aprendí a manejarlo y después de dos o tres choques con las sillas del comedor, hice de la casa una pista que recorría una y otra vez. ¡Por fin Tenía mi triciclo rojo! Los reyes magos si habían escuchado mi deseo.
Mucho trabajo le costó a mi mamá convencerme de que me bajara del triciclo y fuera a desayunar, pues yo no me quería separar ni un momento de el, así es que desayune ese día con el triciclo rojo a mi lado.
Esa mañana, con el objeto de que yo pudiera andar con mi triciclo con más espacio, mi mamá me llevó a un parque que está cerca de la casa. Recuerdo que estuve recorriendo todo el largo del parque y daba vuelta en la esquina metiéndome cada vez mas sobre el lado lateral, para luego regresar, —¡no te vayas más allá de la esquina! —me decía mi mamá, pero para mi esas advertencias no contaban, para mi eran retos que me iba imponiendo.
En una de las vueltas que di, ví que estaba un niño mas o menos de mi edad jugando con un cochecito en la orilla de la calzada del parque, yo me pare a ver a que jugaba, él estaba con su mamá, cuando me acerqué me dijo —¡que bonito esta tu triciclo! — ¿Te lo trajeron los reyes? —me preguntó—. —Si, —le contesté.
— ¿Con quien viniste al parque? —me preguntó.
—Vine con mi mamá. —Le respondí—. Recuerdo que me pidió si le prestaba mi triciclo a su hijo, a esa edad uno no tiene malicia y se lo presté, recuerdo que me dijo: —Vamos hasta ese árbol y regresamos.
Mi mamá al ver que me tardaba en regresar, fue hasta la esquina del parque y me encontró parado al lado de la banca donde estuvo la señora y su hijo.
— ¿Y tu triciclo? —Me preguntó mi mamá —se lo presté a un niño, le respondí.
—¿Por donde se fue? —Me dijo— yo le señale hacia donde se había ido, rápidamente me cargo y corriendo fuimos a buscar al niño, en el camino le pregunto a unas personas que estaban platicando en una banca, si habían visto a un niño con un triciclo rojo, uno de ellos le dijo que si, que iba con una señora y que mas delante de donde estaban ellos, bajo al niño del triciclo y cargándolo, había atravesado la calle, pero ellos no le dieron importancia puesto que suponían que el triciclo era de ese niño. Después de mucho buscar nos rendimos; ¡había desaparecido mi triciclo rojo!
En un momento desapareció mi sueño. Ese sueño que tanto tiempo había anhelado. No recuerdo como ha de haber sido la cura de mi desconsuelo, pero estoy seguro de que pasó mucho tiempo para yo pudiera olvidar los momentos mágicos aunque muy breves que pasé con mi triciclo rojo; para mi, este suceso se me quedó grabado y me ha hecho meditar mucho en la vida, pues durante el transcurso de ella, pasamos por situaciones similares y difíciles, en un momento perdemos todo lo que habíamos logrado con mucho esfuerzo o con mucho tiempo invertido en lograrlo.
En la vida, hemos tenido muchos “Triciclos Rojos” que se han perdido o que nos los han sido robados, esos triciclos rojos son los deseos qué buscamos y qué anhelamos durante mucho tiempo y que cuando por fin lo logramos tener, por azares de destino los perdemos, quedado solo un efímero recuerdo de felicidad que nos dieron por breves momentos.
La vida nos enseña que en este mundo nada es durable, que si el destino, nos roba los gratos momentos y nos quita de un tajo la felicidad, también ese destino nos ayuda a resignarnos y seguir luchando para obtener otro deseado “Triciclo Rojo”.
Ahora que escribo esta triste anécdota de mi niñez, a sesenta años de distancia, me imagino el coraje y la rabia que ha de haber sentido mis padres, ellos también en esa ocasión, se les perdió “Un Triciclo Rojo” al ver que todos sus sacrificios y esfuerzos hechos por ellos cediéndoles a los Reyes Magos el merito del regalo para darle una felicidad a su hijo, ellos en ese día también había perdido en un breve momento su triciclo rojo.
Al niño que se fue con mi triciclo y que le llegó sin que lo hubiera anelado tanto, espero que lo haya gozado tanto como yo lo hubiera hecho, su madre, quizás estaba más necesitada que mis padres y aunque lo que hizo fue malo y reprobable, en ese momento vio y tuvo la oportunidad de darle a su hijo algo que quizás ella nunca hubiera podido obtener.
No se cuanto tiempo mas tenga dispuesto El creador para mi vida, pero me gustaría que cuando fuera yo llamado por él, llegue con mi alma despojada de todos los defectos que nos va poniendo la vida, que llegue yo a su presencia con el alma de un niño de cuatro años, montado en un triciclo Rojo, para recorrer en él, todos los caminos del cielo
----------------------------------------------------------
Nota: Gracias Susy, por compartir este cuento conmigo.
Por Andrés D. Guinea Eguiluz
Link: aqui.
Remontándome al fondo de mi memoria donde se encuentran esos primeros recuerdos de la infancia, tengo uno que se me quedó grabado en la memoria. Por ese tiempo, vivíamos en una casa de la de la colonia Santa Julia, en el Distrito Federal, recuerdo vagamente que dos o tres calles antes de llegar a la casa, había una juguetería con un gran aparador donde se exhibían toda clase de juguetes, ese aparador era una ventana mágica llena de ilusiones para un niño de cuatro años como yo.
— ¿Me compras esa pelota? —Le decía yo a mi mamá, señalando a través del cristal del aparador— o mejor un carro de bomberos como ese.
—viendo tantos juguetes no sabía ni que pedir, de pronto descubrí en un rincón del aparador ¡un triciclo rojo! — ¡Mamá, mamá, cómprame ese triciclo!
—Un día de estos mi´jito —me decía, para no quitarme la ilusión.
Todas las ocasiones que pasábamos frente a la juguetería, ahí estaba mi triciclo rojo esperándome; cada vez era mayor el deseo de tenerlo, soñaba despierto que viajaba con mi triciclo por el mundo de la fantasía, supongo que así pasaron varios meses, a esa edad uno no tiene relación de lo que es el tiempo.
Yo ya entonces decía ¡Mi triciclo rojo! porque lo consideraba mío.
—Un día de estos, un día de estos, —me repetía mi mamá cada vez que le pedía que me comprara mi triciclo rojo—. Sin darme cuenta aun de que cuando mi mamá me decía “un día de estos” era el decirme no puedo comprártelo, pues por ese tiempo mis padres estaban pasando por una situación económica muy crítica. Y la salud de mi padre era muy delicada, sin embargo él heroicamente salía a trabajar para llevar el sustento a la familia.
Llegó la época de Navidad, en la casa en esa fecha mi mamá ponía un pequeño nacimiento y claro que yo participaba en esa construcción colocando borreguitos de barro sobre una verde alfombra de pastle, no podía faltar la cascada de tiritas de papel celofán que descargaba en un pequeño espejo donde había patos nadando, un portal hecho de tiras de madera con un pesebre donde estaban a la espera del nacimiento del niño Jesús.
Días después, Llegó la esperada fecha de la festividad de los Reyes Magos, la noche anterior recuerdo que puso uno de mis zapatos en donde estaba colocado el portal del nacimiento, Esa mañana muy temprano me despertó mi mamá diciéndome — ¡levántate, levántate, ven a ver lo que te trajeron los reyes magos! —Salté de la cama y fui corriendo donde estaba el nacimiento que habíamos puesto en Navidad, a un lado del Niño Dios estaba…
— ¡Mi Triciclo Rojo! —Grité emocionado y montándome inmediatamente en el, en un momento aprendí a manejarlo y después de dos o tres choques con las sillas del comedor, hice de la casa una pista que recorría una y otra vez. ¡Por fin Tenía mi triciclo rojo! Los reyes magos si habían escuchado mi deseo.
Mucho trabajo le costó a mi mamá convencerme de que me bajara del triciclo y fuera a desayunar, pues yo no me quería separar ni un momento de el, así es que desayune ese día con el triciclo rojo a mi lado.
Esa mañana, con el objeto de que yo pudiera andar con mi triciclo con más espacio, mi mamá me llevó a un parque que está cerca de la casa. Recuerdo que estuve recorriendo todo el largo del parque y daba vuelta en la esquina metiéndome cada vez mas sobre el lado lateral, para luego regresar, —¡no te vayas más allá de la esquina! —me decía mi mamá, pero para mi esas advertencias no contaban, para mi eran retos que me iba imponiendo.
En una de las vueltas que di, ví que estaba un niño mas o menos de mi edad jugando con un cochecito en la orilla de la calzada del parque, yo me pare a ver a que jugaba, él estaba con su mamá, cuando me acerqué me dijo —¡que bonito esta tu triciclo! — ¿Te lo trajeron los reyes? —me preguntó—. —Si, —le contesté.
— ¿Con quien viniste al parque? —me preguntó.
—Vine con mi mamá. —Le respondí—. Recuerdo que me pidió si le prestaba mi triciclo a su hijo, a esa edad uno no tiene malicia y se lo presté, recuerdo que me dijo: —Vamos hasta ese árbol y regresamos.
Mi mamá al ver que me tardaba en regresar, fue hasta la esquina del parque y me encontró parado al lado de la banca donde estuvo la señora y su hijo.
— ¿Y tu triciclo? —Me preguntó mi mamá —se lo presté a un niño, le respondí.
—¿Por donde se fue? —Me dijo— yo le señale hacia donde se había ido, rápidamente me cargo y corriendo fuimos a buscar al niño, en el camino le pregunto a unas personas que estaban platicando en una banca, si habían visto a un niño con un triciclo rojo, uno de ellos le dijo que si, que iba con una señora y que mas delante de donde estaban ellos, bajo al niño del triciclo y cargándolo, había atravesado la calle, pero ellos no le dieron importancia puesto que suponían que el triciclo era de ese niño. Después de mucho buscar nos rendimos; ¡había desaparecido mi triciclo rojo!
En un momento desapareció mi sueño. Ese sueño que tanto tiempo había anhelado. No recuerdo como ha de haber sido la cura de mi desconsuelo, pero estoy seguro de que pasó mucho tiempo para yo pudiera olvidar los momentos mágicos aunque muy breves que pasé con mi triciclo rojo; para mi, este suceso se me quedó grabado y me ha hecho meditar mucho en la vida, pues durante el transcurso de ella, pasamos por situaciones similares y difíciles, en un momento perdemos todo lo que habíamos logrado con mucho esfuerzo o con mucho tiempo invertido en lograrlo.
En la vida, hemos tenido muchos “Triciclos Rojos” que se han perdido o que nos los han sido robados, esos triciclos rojos son los deseos qué buscamos y qué anhelamos durante mucho tiempo y que cuando por fin lo logramos tener, por azares de destino los perdemos, quedado solo un efímero recuerdo de felicidad que nos dieron por breves momentos.
La vida nos enseña que en este mundo nada es durable, que si el destino, nos roba los gratos momentos y nos quita de un tajo la felicidad, también ese destino nos ayuda a resignarnos y seguir luchando para obtener otro deseado “Triciclo Rojo”.
Ahora que escribo esta triste anécdota de mi niñez, a sesenta años de distancia, me imagino el coraje y la rabia que ha de haber sentido mis padres, ellos también en esa ocasión, se les perdió “Un Triciclo Rojo” al ver que todos sus sacrificios y esfuerzos hechos por ellos cediéndoles a los Reyes Magos el merito del regalo para darle una felicidad a su hijo, ellos en ese día también había perdido en un breve momento su triciclo rojo.
Al niño que se fue con mi triciclo y que le llegó sin que lo hubiera anelado tanto, espero que lo haya gozado tanto como yo lo hubiera hecho, su madre, quizás estaba más necesitada que mis padres y aunque lo que hizo fue malo y reprobable, en ese momento vio y tuvo la oportunidad de darle a su hijo algo que quizás ella nunca hubiera podido obtener.
No se cuanto tiempo mas tenga dispuesto El creador para mi vida, pero me gustaría que cuando fuera yo llamado por él, llegue con mi alma despojada de todos los defectos que nos va poniendo la vida, que llegue yo a su presencia con el alma de un niño de cuatro años, montado en un triciclo Rojo, para recorrer en él, todos los caminos del cielo
----------------------------------------------------------
Nota: Gracias Susy, por compartir este cuento conmigo.
Tuesday, April 06, 2010
Ecos...
"por que quiero en el amor encontrarme, déjame encontrarme en el amor contigo"
- esta maldita costumbre de sentir.
"Jugamos a esquivarnos y encontrarnos.."
- pareciera que en este juego esquivo nos hemos atrapado.
"Como se vive en el Corazón de un artista?"
- como sobrevive uno sin el?
"Algún día, en cualquier lugar,
en determinado momento…
te encontraras en mis sueños"
- o te habras perdido en ellos.
"un rayo de sol llegado a mi vida durante un eclipse de luna."
- que tan ciclico puede ser un eclipse?
por cuanto puede arder un solo rayo sol?
"Destinado a mirar desde la penumbra
a través de parpados etéreos.."
- testigo ausente de mi mismo.
"y es que las cosas importantes se dicen así, en silencio, de corazón a corazón"
- por que aquellas que se callan se diluyen en la arena.
"El amor se redescubre a cada instante. La felicidad se reinventa día con día. Y en cada amanecer - y con cada nueva luna, renovamos este acuerdo pactado por los dos: hoy decimos nuevamente “yo te amo” tal y como lo hemos dicho el día anterior."
- suficiente, es tiempo de reinventar, de redescubrir...
"Y aunque de momento sea en el mañana donde se encuentra escrito nuestro encuentro… hoy seguimos viviendo a plenitud..."
- es tiempo de seguir mi propio ejemplo.
Y que estos ecos
-palabras soltadas en el viento del ayer,
cobren fuerza,
cobren vida...
...
- esta maldita costumbre de sentir.
"Jugamos a esquivarnos y encontrarnos.."
- pareciera que en este juego esquivo nos hemos atrapado.
"Como se vive en el Corazón de un artista?"
- como sobrevive uno sin el?
"Algún día, en cualquier lugar,
en determinado momento…
te encontraras en mis sueños"
- o te habras perdido en ellos.
"un rayo de sol llegado a mi vida durante un eclipse de luna."
- que tan ciclico puede ser un eclipse?
por cuanto puede arder un solo rayo sol?
"Destinado a mirar desde la penumbra
a través de parpados etéreos.."
- testigo ausente de mi mismo.
"y es que las cosas importantes se dicen así, en silencio, de corazón a corazón"
- por que aquellas que se callan se diluyen en la arena.
"El amor se redescubre a cada instante. La felicidad se reinventa día con día. Y en cada amanecer - y con cada nueva luna, renovamos este acuerdo pactado por los dos: hoy decimos nuevamente “yo te amo” tal y como lo hemos dicho el día anterior."
- suficiente, es tiempo de reinventar, de redescubrir...
"Y aunque de momento sea en el mañana donde se encuentra escrito nuestro encuentro… hoy seguimos viviendo a plenitud..."
- es tiempo de seguir mi propio ejemplo.
Y que estos ecos
-palabras soltadas en el viento del ayer,
cobren fuerza,
cobren vida...
...
Conductas de estacionamiento.
Hay conductas que me llaman la atención o me sorprenden, sobre todo en lo que se refiere a vialidad. Dos casos vienen a mi mente:
Se que hay quienes se estacionan en los espacios reservados para personas con discapacidades aun y cuando no los necesitan. Algunos lo hacen con toda la intención de “al fin y al cabo que solo es rapidito”, otros por que simplemente les vale, y otros por que ni cuenta se dan. Pero lo que me sorprende son las medidas que algunos locales toman para evitar esto: ponen señales, botes o conos en la entrada del espacio de estacionamiento. Y claro, dichos individuos no se estacionan… pero los que lo necesitan tampoco. Me ocurrió hace un par de años cuando estuve usando muletas, llegaba para estacionarme y el espacio estaba bloqueado. Entonces tenia que bajarme del auto, quitar dicho señalamiento y estacionarme por que los parqueros curiosamente no estaban a la vista. Y esto no es precisamente practico, para alguien en muletas... así que si nadie va a poder usar esos espacios, cual es el punto?
El otro caso me ocurrió ayer cuando fui a surtir la despensa. Llegue y tuve suerte que me tocara estacionarme muy cerca de la puerta de entrada. Ya para cuando iba de salida con el mandado, un auto se estaciono detrás de mi para esperar a que yo saliera y ocupar el lugar en el que estaba yo. Me tomo varios minutos acomodar el mandado, subirme al auto e irme. Y esto no me llamaría la atención si no fuera por que… el estacionamiento no estaba lleno. Justo dos espacios mas delante de donde estaba yo había varios lugares disponibles. De haber sido la situación al revés, yo hubiera preferido caminar unos cuantos metros mas que estar esperando mas de cinco minutos allí. Pero bueno, creo que hay conductas que nunca entenderé.
Se que hay quienes se estacionan en los espacios reservados para personas con discapacidades aun y cuando no los necesitan. Algunos lo hacen con toda la intención de “al fin y al cabo que solo es rapidito”, otros por que simplemente les vale, y otros por que ni cuenta se dan. Pero lo que me sorprende son las medidas que algunos locales toman para evitar esto: ponen señales, botes o conos en la entrada del espacio de estacionamiento. Y claro, dichos individuos no se estacionan… pero los que lo necesitan tampoco. Me ocurrió hace un par de años cuando estuve usando muletas, llegaba para estacionarme y el espacio estaba bloqueado. Entonces tenia que bajarme del auto, quitar dicho señalamiento y estacionarme por que los parqueros curiosamente no estaban a la vista. Y esto no es precisamente practico, para alguien en muletas... así que si nadie va a poder usar esos espacios, cual es el punto?
El otro caso me ocurrió ayer cuando fui a surtir la despensa. Llegue y tuve suerte que me tocara estacionarme muy cerca de la puerta de entrada. Ya para cuando iba de salida con el mandado, un auto se estaciono detrás de mi para esperar a que yo saliera y ocupar el lugar en el que estaba yo. Me tomo varios minutos acomodar el mandado, subirme al auto e irme. Y esto no me llamaría la atención si no fuera por que… el estacionamiento no estaba lleno. Justo dos espacios mas delante de donde estaba yo había varios lugares disponibles. De haber sido la situación al revés, yo hubiera preferido caminar unos cuantos metros mas que estar esperando mas de cinco minutos allí. Pero bueno, creo que hay conductas que nunca entenderé.
Subscribe to:
Posts (Atom)