No quiero hablar de tristezas.
Me llaman loco por que solo veo las flores sobre la tumba del muerto y pienso en brillantes colores y en aromas frescos.
No quiero hablar de tristezas.
Es cierto.
Como también es cierto que no estoy loco.
Al menos no tanto como quien reposa en ese lecho.
Por que hay que estar loco para cargar con el peso de un millón de ojos que a tu espectativa se abren ciegos, de un millón de manos que te imploran y estrujan partiendo tu tiempo.
Y respirar para todos un penúltimo aliento… que no se va, que no se queda, que se esfuma en silencio.
Descansa ahora y camina lento. Quizas más lento que antes, con todo el infinito tiempo. Pero tan firme como siempre, y - si es posible, aun más contento. Que bien mereces que tu pasos te lleven por campos de flores brillantes y de aromas frescos, eternos.
Y yo hoy no hablare de tristezas; que has muerto contento.
Y si me llaman loco; loco! Diré que es cierto.
e u g e n i o a b r a h a m / Abril 2005.
1 comment:
acuerdate de mi cuando ya inerte
mi destrozado corazon sucumba
cuando la flor piadosa de la muerte
sonria sobre el marmol de mi tumba
acuerdate de mi cuando el destino
te haya por siempre para mi eclipsado
cuando ya sienta el pobre peregrino
marchito ya mi corazon desesperado
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