Revisando el cajón donde guardo mis asuntos inconclusos
me encontré reposando en el fondo
- escondidos bajo dos o tres inicios de poemas,
a tu mano izquierda y a tus ojos.
Las líneas de poemas quedaron grabadas en la mano.
Los ojos se han quedado sin su iris.
A la mano le ate un anillo rojo y la he puesto al sol;
a tus ojos, los sembré en una maceta.
Y los poemas… los poemas escaparon a tu lado,
envueltos en un suspiro de cometa.
eugenio abraham
Agosto, 2008.
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