Si quieres enojarte, habrá un pretexto.
Si quieres guardar rencor, seguro habrá un pretexto. Si quiere amargarte, si quiere esconderte, si quieres apartarte, si quieres huir, si quieres gritar... tú mente siempre encontrará un por qué, una justificación.
Si quieres guardar rencor, seguro habrá un pretexto. Si quiere amargarte, si quiere esconderte, si quieres apartarte, si quieres huir, si quieres gritar... tú mente siempre encontrará un por qué, una justificación.
Si quieres perdonar (aunque no entiendas ella razón) veras que habra un por qué. Si quieres ser feliz descubrirás una razón. Si quieres disfrutar, si quieres acercarte, si quieres silencio, si deseas amar... siempre habrá un pretexto, una razón.
Así que respira hondo y mira a tu alrededor.
Respira hondo. Obsérvate. Escúchate. Y preguntándote sinceramente que deseas busca tu pretextos (o varios). Y vive con lo que has elegido. O rectifica, que nada está escrito en piedra.
Respira hondo. Obsérvate. Escúchate. Y preguntándote sinceramente que deseas busca tu pretextos (o varios). Y vive con lo que has elegido. O rectifica, que nada está escrito en piedra.
Observa. Escucha. Pregunta. Elige.
Y adelante!
Y adelante!
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