- ... y entonces los granos de arena que van en el viento?
- esos, hijo mio, son lagrimas secas que lloran los muertos.
El viento seguiria aullando toda la noche.
Al amanecer, padre e hijo sadrian del refugio y continuarian su camino.
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Saturday, April 12, 2014
Monday, April 07, 2014
Un desayuno compartido.
Experiencias que no le he contado a casi nadie:
Hace muchos años, cuando recién llegue a Juárez, estaba
sentado en una banca del templo de San Lorenzo
cuando una persona con toda la finta de indigente se me acerco se me
acerco con los zapatos en la mano para
mostrarme los agujeros de la suela y me pidió una moneda porque tenía hambre y
no había comido. Lo mire… y le creí. Pero no le di ninguna moneda. Me levante y lo invite a almorzar. Claro que
me miro todo asombrado y dudando, pero se fue caminando junto conmigo.
Cuando cruzamos la calle y entramos a la fonda
de enfrente, le tuve que decir a la señora que venía conmigo porque lo vio con
una cara de "ahorita lo corro". A mi entonces me vio con una cara de este tipo
está loco. Nos sentamos en una mesa pegada a la pared (y reconozco que fue para
no incomodar a los otros comensales). En
lo que desayunábamos me conto como llego a su situación actual: era
deportado y no tenía familia a la cual acudir ni como regresarse a su lugar de
origen (que no recuerdo cual era), estaba básicamente sobreviviendo en la calle desde hacía
meses.
Cuando salimos de la fonda, parados en la banqueta en lo que pasaba la ruta, me pregunto que “cuando me volvía
a ver?” Y en eso pasaron dos jovencitas que lo oyeron, nos voltearon a ver y se
rieron. El escucho la risa y se indignó, les dijo un par de cosas -que no repetiré, y las miro mientras se
alejaban. Yo no supe que decirle, pero le di unas
monedas para la ruta y le dije que preguntara por la casa del migrante que
posiblemente allí lo podrían ayudar.
Durante el tiempo en que viví por allí
por San Lorenzo, no recuerdo volverlo a ver. Espero
que donde quiera que este, le haya ido bien. Aunque bien sé que la realidad
puede ser muy diferente. A veces me gustaría
poder haber hecho más, pero sé que no siempre se puede ayudar lo suficiente y cada quien debe ser responsable de su propio destino. Así como tender la mano, ofrecer un momento de la vida, un respiro, una buena
comida y escuchar, dejar de juzgar.
No se por que estoy contando esto ahora, pero se que es importante para mi agradecer cada día por todas las bendiciones con las que cuento, y compartir algo de lo que aprendido, de lo que he vivido.
No se por que estoy contando esto ahora, pero se que es importante para mi agradecer cada día por todas las bendiciones con las que cuento, y compartir algo de lo que aprendido, de lo que he vivido.
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