Un centro comercial. Una charla entre amigos.
Una mesa a un costado. Una persona extraña.
Un guiño. Que se volvio un saludo.
Que se convirtio en una breve charla entre dos desconocidos.
Que concluyo en un intercambio de telefonos.
Que se volverian llamadas. Que llevarian a una cita.
Que continuaria en mas encuentros.
Que crearian convivencia. Que desarrollarian afecto.
Que entrelazaria dos desconocidos en un eslabon de amistad.
Que sanaria heridas. Que daria valor para enfrentar viejos demonios.
Que fortalecerian a ambos.
Quienes estrecharian sus lazos.
Quienes entrelazarian sus manos, y sus vidas.
Quienes reaprenderian a amar. A reir y a llorar, juntos.
A entender que Felicidad comienza con Fe.
Que una plaza puede ser tan buena como una capilla.
Que un hogar se construye dia a dia, en la rutina.
Que se debe ser fuerte para que no se derrumbe con cualquier estupidez.
Que se puede perdonar, que se puede continuar.
Que a veces, aunque las manos se separen el amor permanece.
Que no hay amor mas grande que el que se otorga en libertad.
Que no hay obstaculos que no se puedan vencer.
Que la sangre es escasa pero la Fe invencible.
Y ante la adversidad la risa... siempre la risa.
Una cama de hospital. Una charla entre amigos.
Que no necesitan palabras. Que son mas que familia.
Unos dedos que indican que se sigue luchando.
Una paloma que revolotea en la ventana.
Dos amigos que meditan juntos y viajan hacia el cielo.
En el horizonte sobre las nubes un nuevo destino,
y es tiempo ya, de separar los vuelos.
Un guiño. Una charla breve. Tres años...
-como es que tanto puede caber en tan solo tres años?
Me quedo con la risa, continuo con la Fe;
y ahora ya por fin entiendo que:
el amor en libertad no conoce los limites del tiempo.
Hoy, dia a dia, es siempre.
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