Ver la tortuguita con esos peces (que tengo como wallpaper esta semana) me hizo recordar un chistecillo que me contaron hace mucho, esta simplón - como cualquier chiste que a uno le cuentan hace mucho.
Hay tienen que estaba una pequeña tortuguita trepada en un árbol; si tal y como lo leen, trepada en un árbol! Y como es que una tortuga se puede trepar a un árbol se preguntaran, verdad? Bueno, pues de la misma manera en que una tortuga y una liebre se ponen a jugar carreras. A verdad! Y es que podríamos pasarnos horas discutiendo sobre la habilidad de las tortugas para trepar árboles, pero no es motivo de esta historia, así que mejor simplemente denlo por hecho, ok?
Bueno, allí tienen pues que estaba la tortuguita parada en la orilla de una rama, con sus verdes y tiernas piernitas temblando estrepitosamente. Se notaba que tenia el pulso acelerado pues sus suspiros eran entrecortados. Allí estaba ella, paradita y temblando cuando de repente, levanta la mirada, da unos pasos hacia atrás, toma impulso y… zas! Se lanza al vacío!!! Y claro, como es de esperarse se va hasta el piso cual coyote persiguiendo al correcaminos. Solo se escucha un golpe seco, y cuando el polvo se disipa… la tortuguita no se ve por ningún lado! En donde esta? Pues nada que esta otra vez allá arriba en la misma rama del árbol (era rápida para trepar árboles esta tortuga). Con el caparazón un poco raspado, la tortuguita nuevamente se para en una orilla, levanta la mirada, da un paso atrás, toma impulso y… nuevamente se avienta! (es persistente esta pequeña, eso se le debe reconocer). La tortuguita va cayendo cuando, unas cuantas ramas mas arriba, se escucha la platica de un par de palomos. La mama palomo le dice al papa palomo: “Ya mi vida, ya estuvo bueno. Vamos a confesarle que es adoptada”
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