No tengo mas que decir, salvo que no te quiero.
No te quiero ver cayendo enajenado en interminables y obscuros abismos sacudido por los vientos de la depresión y la soledad. No te quiero sentir a través de un cristal empañecido, donde la mas infantil de las mentiras se confunde y mezcla con la mas cruda de las verdades. No te quiero percibir con mis sentidos en tu mente, desesperadamente buscando respuestas a preguntas incuestionables. No soy tan fuerte para verte caer, y mas aun no lo soy para caer contigo.
Por eso se que no te quiero.
No te quiero derrotado, no te quiero sumiso, no te quiero apesumbrado y cargando cadenas de amargura o soledad. No te quiero preso de invisibles carceleros que ofrecen fugaces distracciones. No te quiero dejando sueños inconclusos y atrapados en el blanco de un papel. No te quiero esclavo de tus propias debilidades y recuerdos. Pero aun así, no soy tan fuerte para no quererte.
Quisiera decirte aun mas, quisiera desearte suerte.
Pero la suerte es un azar , es dejar las cosas al destino. Y yo no puedo creer que el destino determine una vida. Al menos no la tuya. Y definitivamente no la mía. Quiero creer con fe en la voluntad del hombre que es capaz de conducirse con la transparencia de un niño.
Por eso es que te quiero ver en la distancia.
Te quiero ver triunfando, dejando atrás los sueños y construyendo realidades, Te quiero sentir en lo alto derribando problemas y riendo de los insultos que la vida te pueda lanzar. Te quiero estable y con el deseo de permanecer así naciendo en el centro de tu pecho como un grito mudo que se proclama en el silencio. No te deseo suerte, te deseo voluntad.
No soy tan fuerte para quererte o no quererte. Pero si lo soy para decirte animo y adelante.
eugenio abraham / feb 2002
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Este texto antes se llamaba : 'Dialogo interno, a una voz.' La historia detras de este texto es bastante personal -bueno casi todos los son. Y es que para ser franco, surgio mas o menos como respuesta a otro texto que en aquel entonces alguien me mando. Creo que aquel otro texto se llamaba Monologo algo, por eso no le quise poner asi y decidi ponerle Dialogo. Pero ahora, ya mucho tiempo despues, y estando ajeno a cualquier sentimiento mas alla de una sonrisa hacia estas lineas, creo que este titulo le va mejor.
No te quiero ver cayendo enajenado en interminables y obscuros abismos sacudido por los vientos de la depresión y la soledad. No te quiero sentir a través de un cristal empañecido, donde la mas infantil de las mentiras se confunde y mezcla con la mas cruda de las verdades. No te quiero percibir con mis sentidos en tu mente, desesperadamente buscando respuestas a preguntas incuestionables. No soy tan fuerte para verte caer, y mas aun no lo soy para caer contigo.
Por eso se que no te quiero.
No te quiero derrotado, no te quiero sumiso, no te quiero apesumbrado y cargando cadenas de amargura o soledad. No te quiero preso de invisibles carceleros que ofrecen fugaces distracciones. No te quiero dejando sueños inconclusos y atrapados en el blanco de un papel. No te quiero esclavo de tus propias debilidades y recuerdos. Pero aun así, no soy tan fuerte para no quererte.
Quisiera decirte aun mas, quisiera desearte suerte.
Pero la suerte es un azar , es dejar las cosas al destino. Y yo no puedo creer que el destino determine una vida. Al menos no la tuya. Y definitivamente no la mía. Quiero creer con fe en la voluntad del hombre que es capaz de conducirse con la transparencia de un niño.
Por eso es que te quiero ver en la distancia.
Te quiero ver triunfando, dejando atrás los sueños y construyendo realidades, Te quiero sentir en lo alto derribando problemas y riendo de los insultos que la vida te pueda lanzar. Te quiero estable y con el deseo de permanecer así naciendo en el centro de tu pecho como un grito mudo que se proclama en el silencio. No te deseo suerte, te deseo voluntad.
No soy tan fuerte para quererte o no quererte. Pero si lo soy para decirte animo y adelante.
eugenio abraham / feb 2002
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Este texto antes se llamaba : 'Dialogo interno, a una voz.' La historia detras de este texto es bastante personal -bueno casi todos los son. Y es que para ser franco, surgio mas o menos como respuesta a otro texto que en aquel entonces alguien me mando. Creo que aquel otro texto se llamaba Monologo algo, por eso no le quise poner asi y decidi ponerle Dialogo. Pero ahora, ya mucho tiempo despues, y estando ajeno a cualquier sentimiento mas alla de una sonrisa hacia estas lineas, creo que este titulo le va mejor.
2 comments:
A mi me gusta más: "'Dialogo interno, a una voz" será, porque así lo conocí.... saludos... maldita costumbre.
si la verdad la pense para cambiar el nombre por que a mi tambien me gusta como suena esa frase: "Dialogo interno, a una voz". O quiza como dices, sea la costumbre ;-p
saludos!
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