Él melancolico, tú hilarante.
Paciencia y pasion.
Y en la mediacion de esos extremos,
una vida de dos, concurriendo.
Hoy, él se cobija con besos ausentes.
Hoy, él sonrie con el eco de carcajadas.
Sin frio, sin melancolia.
Pues al recuerdo de esa ultima mirada,
una promesa esta vigente:
si una vida termina, la otra no para.
No hoy. No mañana.
(
Y poco a poco...
comienza a reencontrar su propio calor,
comienza a reencontrar su propia risa.
)
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