Todo este asunto del festejo del bicentenario me tiene pensando. Básicamente este clima de violencia y crisis que vive el país me dio añoranza por aquellos tiempos cuando el que las calles se cerraran era por alegría, para hacer una verbena popular y festejar, y no como ahora que se cierran por miedo y psicosis para impedir el paso a los demás. Aquel México, el de festejos, de alegría, de convivencia y camaradería, es el pais que amo y por el que creo vale la pena celebrar.
Sin embargo es una pena que no se va a realizar el grito aqui en Cd. Juarez, y si, es también una pena que el gobierno federal gaste tanto en luces y espejitos habiendo una crisis tan severa; por que mas allá de pirotecnias y espectáculos (e incluso mas allá de crisis y violencias), yo aun quiero creer que la esencia de nuestro país sigue allí, que aquello que debe ser lo que este tras esta celebración (y todas las demás) aun existe: un pueblo cálido y alegre, un pueblo fraternal, uno donde lo mas importante aun somos nosotros, su gente.
Dice un proverbio hindú: "un corazón en paz ve fiesta en todas las aldeas", el problema es que en el corazón de esta nación, en su gente, no hay tal paz.
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