He llegado a convencerme que mas que su brillo es su lejania lo que nos atrae de las estrellas. Al sentirlas inalcanzables en la distancia nos atraen a ellas como moscas a la luz; brincamos agitando los brazos aun sabiendo desde antes que no podemos alcanzarlas con nuestras manos. Por ellas somos capaces de esperar todo un dia solo por verlas alli en el firmamento... y entonces nos parece que se burlan al saberse por encima de nosotros, o al menos eso nos parece. Por que en realidad ellas ajenas a todo esto solo brillan.
Creo que lo mismo ocurre entre nosotros. Pareciera que mas que el brillo es la distancia lo que nos antoja unos a otros. Por eso al sentirnos demasiado cerca preferimos distanciarnos, no es que el brillo nos ciegue sino que la cercania nos aterra. Por eso queremos aquello que creemos no poder tener; y al tenerlo, en lugar de contemplar la belleza en nuestro haber, preferimos buscar algo mas lejano. Somos seres disconformes, siempre perdidos en la distancia.
eugenio abraham
febrero 2003
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